Llanera es un
concejo de la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias, España. Limita al
norte con Gijón y Corvera de Asturias, al sur con Oviedo, al este con Gijón y
Siero y al oeste con Illas y Las Regueras. Su capital, Posada de Llanera, está
situada a 11 km de Oviedo, 20 de Aviles y 22 de Gijón. Cuenta con una población
de 14 167 habitantes (INE, 2012).
Entre los
servicios más importantes de este concejo destacan el ferrocarril de Renfe en
Lugo de Llanera, Villabona y Ferroñes, el Instituto de Enseñanza Secundaria en
Posada de Llanera, su importante sector industrial, con los polígonos de
Silvota, Asipo y Parque Tecnológico de Asturias. Además del Centro Penitenciario
de Asturias.
Historia.
Prehistoria
y época romana.
Tiene varios
restos arqueológicos del Paleolítico antiguo, como son los yacimientos de
Cayés, Soto de Llanera, La Bérbola o los distintos hallazgos del pico
Santofirme.
Al Paleolítico
medio podemos adscribir el yacimiento de El Barandiallu (Villardeveyo), así
como algún otro hallazgo aislado.
En el concejo hay
testimonio de algunos túmulos, hoy desaparecidos por distintas circunstancias,
en el entorno de la urbanización de Soto de Llanera, así como un yacimiento en
cueva que contiene niveles del Neolítico y la Edad del Bronce en La Ponte
(Cayés), denominado la Torca l'Arroyu.
Hay restos
romanos que en su primera estructura fue un castro pero la falta de
excavaciones arqueológicas hace difícil su datación, los principales castros
son: La Coroña, Peña Menéndez, El Canto San Pedro, El Cuetu y el Pico Cogolla,
el más estudiado ha sido el Canto San Pedro que lo pone más como centro
aglutinador de un territorio que con carácter defensivo.
La invasión
romana hizo del territorio de Llanera una de los más importantes. Se tienen
noticias del núcleo de Lucus Asturum que era un enclave administrativo
importante y estaba relacionado con todas las vías de comunicación.
Edades
media y moderna.
En la Edad Media,
hay una gran cantidad de documentaciones que nos informan sobre las ventas o
donaciones que hubo en este territorio. En esta época hubo varios monasterios
como los de San Pelayo, Santa María de la Vega y San Vicente, pero si hubo uno
que destacó fue el de la Iglesia mayor de Oviedo que va ampliando sus
territorios gracias a donaciones de dos reyes, Alfonso III y Ordoño II. La
culminación de su poder sobre estas tierras llegaría con las donaciones
realizadas por la reina doña Urraca que dona a la iglesia de Oviedo todo el
territorio de Llanera.
Durante los
siglos XIV y XV, la administración de las tierras de Llanera estaban asociadas
a las de Las Regueras que pertenecían al Obispo de Oviedo, éste encomendaba su
administración a una persona que se llamaba el encomendero que era por lo
general un noble destacando entre ellos: Don Rodrigo Álvarez de las Asturias o
Pedro Menéndez de Valdés. Esta familia destaca por su apoyo a la corona y
estuvieron en este cargo de encomenderos hasta bien entrado el siglo XIV. Este
sistema de gobierno tuvo varios problemas que acabaron con la rebelión del
siglo XV, que se conoce como la rebelión de «los excomulgados»(en asturiano
esconsuraos), llamada así porque los habitantes, hartos de los abusos del
encomendero, se apoderaron de su representante haciéndole objeto de vejaciones
y el Obispo respondió con la excomunión de las gentes del concejo y cerró las
iglesias. Esta situación duraría cuatro años hasta la muerte del Obispo, con el
nuevo Obispo llegarían a un acuerdo prestando juramento de no rebelarse y se
les levanta el castigo de la excomunión.
Es en el siglo
XVI, durante el reinado de Felipe II, es cuando el concejo pasa a incorporarse
a la corona. La ciudad de Oviedo compra el territorio sin contar con la
participación vecinal. Este cambio no produjo ninguna mejora para las gentes,
ya que hubo continuos conflictos con el Ayuntamiento de Oviedo, estos problemas
siguieron sucediendo durante los siglos XVII y XVIII, aunque de una manera
diferente, ya que los lazos que unían a Llanera y Oviedo son cada vez más
débiles. Esto lo encontramos a la hora de nombrar cargos ya que el consistorio
ovetense tenía una potestad cada vez más reducida.
En este siglo
XVIII y ya a principios del XIX, hay que destacar la guerra de la Independencia,
donde varias personas del concejo fueron deportados a Francia como prisioneras
de guerra. Esta zona fue un lugar de paso que se repetiría durante la guerra
carlista.
Siglo
XIX en adelante.
En el siglo XIX,
Llanera consigue su independencia de Oviedo y fija su capital en Posada,
correspondiéndole el asiento número 39 en la Junta General del Principado. Algo
que destaca es la importancia que va ganando este concejo como vía de
comunicación y a esto se le empezó a unir una industrialización incipiente, se instalan
industrias como Cerámica Guisasola, una fabrica de explosivos, explotaciones
mineras en Ferroñes. Otro acontecimiento fue la instalación de la línea de
ferrocarril León-Gijón que convirtió a Villabona en un importante nudo
ferroviario.
En 1936 Llanera
dio el triunfo al Frente Popular y tras el levantamiento el ejército permaneció
fiel a la República. Llanera fue tomada en octubre de 1937 al final de la
guerra de Asturias, pero continuaron después algunas acciones guerrilleras. En
1960 hay un gran impulso industrializador, se inauguran el polígono de Silvota,
pero la crisis de los años setenta también afectó a este concejo, con el cierre
de varias industrias. Hay que destacar un resurgimiento a finales del siglo XX
y empieza a instalarse un nuevo polígono industrial el de Asipo, se ubica allí
también Mercasturias, y el Parque Tecnológico de Asturias, alcanzando un gran
desarrollo no sólo industrial sino residencial.
Citas Célebres:
“Hay
dos tipos de mujeres: las feas y las que se pintan.”
“Hacednos,
si queréis, enemigos de todas las naciones, pero apartad de nosotros la guerra
civil.”
“La
naturaleza ha hecho al hombre feliz y bueno, pero la sociedad lo deprava y lo
hace miserable.” Jean-Jacques Rousseau.
“En
algunos la capacidad es una virtud; en muchos es casi un vicio.”
“Si
quieres destruir la avaricia, debes destruir el lujo, que es su padre.”
“Palabra
adornada no es sincera.”
“El
dinero no habla, jura.”
“En
el matrimonio la mujer toma el apellido del hombre, como un vencedor el nombre
de una batalla ganada.”
“Sería
una estulticia encomendar una gran hazaña a un hombre tímido, pues todas las
cosas tienen la talla de quien las hace.”
“Nace
bárbaro el hombre; redímese de bestia, cultivándose.”
“Lo
malo que tiene un país donde el gobierno es débil no es la fuerza de la
oposición, sino la memoria del electorado.”
“Nos
avergonzamos de reconocer lo que le debemos al azar: de todos los benefactores,
el azar es el que recibe más ingratitud.”
“El
hombre es un animal que juega.”
“Lo
que piensen de mi no es asunto mío.”
"Los
perdedores evitan el fracaso, y el fracaso convierte a los perdedores en
ganadores.”
“Aprobarlo
todo suele ser ignorancia; reprobarlo todo, malicia.”