miércoles, 3 de febrero de 2016

CONCEJOS ASTURIANOS: CONCEJO DE LLANERA

Llanera es un concejo de la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias, España. Limita al norte con Gijón y Corvera de Asturias, al sur con Oviedo, al este con Gijón y Siero y al oeste con Illas y Las Regueras. Su capital, Posada de Llanera, está situada a 11 km de Oviedo, 20 de Aviles y 22 de Gijón. Cuenta con una población de 14 167 habitantes (INE, 2012).
Entre los servicios más importantes de este concejo destacan el ferrocarril de Renfe en Lugo de Llanera, Villabona y Ferroñes, el Instituto de Enseñanza Secundaria en Posada de Llanera, su importante sector industrial, con los polígonos de Silvota, Asipo y Parque Tecnológico de Asturias. Además del Centro Penitenciario de Asturias.
Historia.
Prehistoria y época romana.
Tiene varios restos arqueológicos del Paleolítico antiguo, como son los yacimientos de Cayés, Soto de Llanera, La Bérbola o los distintos hallazgos del pico Santofirme.
Al Paleolítico medio podemos adscribir el yacimiento de El Barandiallu (Villardeveyo), así como algún otro hallazgo aislado.
En el concejo hay testimonio de algunos túmulos, hoy desaparecidos por distintas circunstancias, en el entorno de la urbanización de Soto de Llanera, así como un yacimiento en cueva que contiene niveles del Neolítico y la Edad del Bronce en La Ponte (Cayés), denominado la Torca l'Arroyu.
Hay restos romanos que en su primera estructura fue un castro pero la falta de excavaciones arqueológicas hace difícil su datación, los principales castros son: La Coroña, Peña Menéndez, El Canto San Pedro, El Cuetu y el Pico Cogolla, el más estudiado ha sido el Canto San Pedro que lo pone más como centro aglutinador de un territorio que con carácter defensivo.
La invasión romana hizo del territorio de Llanera una de los más importantes. Se tienen noticias del núcleo de Lucus Asturum que era un enclave administrativo importante y estaba relacionado con todas las vías de comunicación.
Edades media y moderna.
En la Edad Media, hay una gran cantidad de documentaciones que nos informan sobre las ventas o donaciones que hubo en este territorio. En esta época hubo varios monasterios como los de San Pelayo, Santa María de la Vega y San Vicente, pero si hubo uno que destacó fue el de la Iglesia mayor de Oviedo que va ampliando sus territorios gracias a donaciones de dos reyes, Alfonso III y Ordoño II. La culminación de su poder sobre estas tierras llegaría con las donaciones realizadas por la reina doña Urraca que dona a la iglesia de Oviedo todo el territorio de Llanera.
Durante los siglos XIV y XV, la administración de las tierras de Llanera estaban asociadas a las de Las Regueras que pertenecían al Obispo de Oviedo, éste encomendaba su administración a una persona que se llamaba el encomendero que era por lo general un noble destacando entre ellos: Don Rodrigo Álvarez de las Asturias o Pedro Menéndez de Valdés. Esta familia destaca por su apoyo a la corona y estuvieron en este cargo de encomenderos hasta bien entrado el siglo XIV. Este sistema de gobierno tuvo varios problemas que acabaron con la rebelión del siglo XV, que se conoce como la rebelión de «los excomulgados»(en asturiano esconsuraos), llamada así porque los habitantes, hartos de los abusos del encomendero, se apoderaron de su representante haciéndole objeto de vejaciones y el Obispo respondió con la excomunión de las gentes del concejo y cerró las iglesias. Esta situación duraría cuatro años hasta la muerte del Obispo, con el nuevo Obispo llegarían a un acuerdo prestando juramento de no rebelarse y se les levanta el castigo de la excomunión.
Es en el siglo XVI, durante el reinado de Felipe II, es cuando el concejo pasa a incorporarse a la corona. La ciudad de Oviedo compra el territorio sin contar con la participación vecinal. Este cambio no produjo ninguna mejora para las gentes, ya que hubo continuos conflictos con el Ayuntamiento de Oviedo, estos problemas siguieron sucediendo durante los siglos XVII y XVIII, aunque de una manera diferente, ya que los lazos que unían a Llanera y Oviedo son cada vez más débiles. Esto lo encontramos a la hora de nombrar cargos ya que el consistorio ovetense tenía una potestad cada vez más reducida.
En este siglo XVIII y ya a principios del XIX, hay que destacar la guerra de la Independencia, donde varias personas del concejo fueron deportados a Francia como prisioneras de guerra. Esta zona fue un lugar de paso que se repetiría durante la guerra carlista.
Siglo XIX en adelante.
En el siglo XIX, Llanera consigue su independencia de Oviedo y fija su capital en Posada, correspondiéndole el asiento número 39 en la Junta General del Principado. Algo que destaca es la importancia que va ganando este concejo como vía de comunicación y a esto se le empezó a unir una industrialización incipiente, se instalan industrias como Cerámica Guisasola, una fabrica de explosivos, explotaciones mineras en Ferroñes. Otro acontecimiento fue la instalación de la línea de ferrocarril León-Gijón que convirtió a Villabona en un importante nudo ferroviario.

En 1936 Llanera dio el triunfo al Frente Popular y tras el levantamiento el ejército permaneció fiel a la República. Llanera fue tomada en octubre de 1937 al final de la guerra de Asturias, pero continuaron después algunas acciones guerrilleras. En 1960 hay un gran impulso industrializador, se inauguran el polígono de Silvota, pero la crisis de los años setenta también afectó a este concejo, con el cierre de varias industrias. Hay que destacar un resurgimiento a finales del siglo XX y empieza a instalarse un nuevo polígono industrial el de Asipo, se ubica allí también Mercasturias, y el Parque Tecnológico de Asturias, alcanzando un gran desarrollo no sólo industrial sino residencial.

Citas Célebres:
“Hay dos tipos de mujeres: las feas y las que se pintan.”
“Hacednos, si queréis, enemigos de todas las naciones, pero apartad de nosotros la guerra civil.” 
“La naturaleza ha hecho al hombre feliz y bueno, pero la sociedad lo deprava y lo hace miserable.” Jean-Jacques Rousseau.
“En algunos la capacidad es una virtud; en muchos es casi un vicio.” 
“Si quieres destruir la avaricia, debes destruir el lujo, que es su padre.” 
“Palabra adornada no es sincera.” 
“El dinero no habla, jura.” 
“En el matrimonio la mujer toma el apellido del hombre, como un vencedor el nombre de una batalla ganada.” 
“Sería una estulticia encomendar una gran hazaña a un hombre tímido, pues todas las cosas tienen la talla de quien las hace.” 
“Nace bárbaro el hombre; redímese de bestia, cultivándose.” 
“Lo malo que tiene un país donde el gobierno es débil no es la fuerza de la oposición, sino la memoria del electorado.”
“Nos avergonzamos de reconocer lo que le debemos al azar: de todos los benefactores, el azar es el que recibe más ingratitud.”
“El hombre es un animal que juega.” 
“Lo que piensen de mi no es asunto mío.” 
"Los perdedores evitan el fracaso, y el fracaso convierte a los perdedores en ganadores.” 
“Aprobarlo todo suele ser ignorancia; reprobarlo todo, malicia.” 

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