Puede denominarse mitología asturiana al conjunto de
tradiciones fantásticas y leyendas populares del folklore de Asturias. Enlaza
con otras mitologías de la cornisa cantábrica aunque ha desarrollado sus
propias especificidades.
Es posible que las creencias folklóricas asturianas, como
las de toda Europa, se encuentren vinculadas de algún modo a las religiones
paganas de los pueblos precristianos (romanos, astures, visigodos), las cuales
habrían sido más o menos asimiladas y transformadas sincréticamente por el
cristianismo. Sin embargo, resulta muy difícil, si no imposible, aseverar nada
claro al respecto: la frontera que separa la realidad etnológica seria del mito
romántico decimonónico es extremadamente tenue.
Basilisco
(criatura mitológica).
El basilisco(del latín basiliscus, y éste del griego
βασιλίσκοςbasilískos: «pequeño rey») era un ser mitológico creado por la
mitología griega que se describía como una pequeña serpiente cargada de veneno
letal y que podía matar con la simple mirada, que consideraban el rey de las serpientes.
Posteriormente se lo ha representado de diversas maneras siempre con
características reptilianas.
Representación típica
de un basilisco de 1510.En el siglo VIII, el basilisco era considerado una
serpiente dotada de una cresta con forma de corona o mitra en su cabeza, siendo
el animal en sí de tamaño variado. Supuestamente, el basilisco nacía de un
huevo de serpiente o sapo empollado por una gallina, lo opuesto al cocatriz,
que según se decía nacía de un huevo de gallina empollado por un sapo. Más tarde,
sin embargo, los rasgos de ambas criaturas comenzaron a ser indistinguibles.
Según Plinio el Viejo en su Naturalis Historia, el basilisco
era oriundo de Cirene, y no medía más de 20 dedos de longitud. Poseía una marca
blanca en la cabeza que se asemeja a una diadema. Además del poder de matar con
la mirada, su influencia era tan nociva que su aliento marchitaba la flora del
entorno y resquebrajaba las piedras. Los únicos métodos seguros de matarlo era
con el canto del gallo, el cual aterrorizaba al basilisco, o con una comadreja,
la cual era el único animal capaz de vencerle con su olor, si bien al coste de
morir también ella misma.
Isidoro de Sevilla definió al basilisco como el rey de las
serpientes, debido a su mirada letal y a su aliento venenoso. Beda el Venerable
fue el primero en asentar la leyenda del nacimiento del basilisco de un huevo
de gallina, rasgo con posterioridad usado para la cocatriz. Alexander Neckam
fue el primero en especular que esta criatura no mataba con la mirada, sino por
la "corrupción del aire" que su aliento generaba, una teoría también
desarrollada por Pietro d'Abano
Teófilo Presbítero da una larga receta en su libro para
crear un basilisco a fin de usarlo para convertir cobre en "oro
español" (de aurohyspanico).
Según recoge Pierre de Beauvais en su Bestiario de 1206,
nace a partir de un huevo deforme, puesto por un gallo al llegar éste a la edad
de 7 años, incubado por un sapo durante 9 años; por lo tanto al nacer guarda
todas las características de sus progenitores, cabeza de gallo, cola de
serpiente y cuerpo de sapo. Otra manera de nacer (probablemente la más
aceptada) es que nace de un huevo puesto por un gallo e incubado por una
serpiente y se dice que nace con cuerpo de gallo, lengua de serpiente y cresta.
El basilisco vive en el desierto que él mismo crea al romper
piedras y quemar el pasto. Esto sucede ya que el Basilisco exhala fuego, seca
las plantas y envenena las aguas. Sin embargo su característica más distintiva
sería su capacidad de matar con su mirada. De este modo se dice que quien
mirara a los ojos de un basilisco, moriría y si lo ve por un reflejo quedara
petrificado; pero si el Basilisco se veía reflejado en un espejo , se mataba a
sí mismo. Algunas leyendas dicen que, así, Alejandro Magno mató a uno. Se decía
también que un basilisco moría cuando oía el canto de un gallo, que para él era
mortal, o se topaba con su principal enemigo, la comadreja. También se dice que
un caballero fue en busca de basiliscos porque había una plaga en su país así
que se puso una armadura de espejos y mato a todo los basiliscos y lo nombraron
el caballero de los espejos.
Más tarde, en la
Edad Media, pasa a ser un gallo con cuatro patas, plumas amarillas, grandes
alas espinosas y cola de serpiente, que podía terminar en garfio, cabeza de
serpiente o en otra cabeza de gallo. Hay versiones de esta criatura mitológica
con ocho patas y escamas en vez de plumas.
Citas Célebres:
"Las cosas no valen sino lo que se las
hace valer."
“Dejadlos murmurar, pues nos dejan mandar.”
“El pensamiento no es más que un relámpago en
medio de una larga noche. Pero ese relámpago lo es todo.”
"Después de todo, tú eres la única
muralla, si no te saltas nunca darás un solo paso."
“Es más deseable cultivar el respeto al bien
que el respeto a la ley.”
“El odio es pasión más viva que la amistad.”
“La primera virtud es la de frenar la lengua;
y es casi un dios quien teniendo razón sabe callarse.”
“El amor no es más que un deleite; el honor es
un deber.”
“Los que no tienen hijos ignoran muchos placeres,
pero también se evitan muchos dolores.”
“La teoría es el capitán y la práctica, el
soldado.”
“No trateis de guiar al que pretende elegir
por sí su propio camino.”
“Olvidemos lo que ya sucedió, pues puede
lamentarse, pero no rehacerse.”
“La paciencia comienza con lágrimas, y, al
fin, sonríe.”
“Si los grandes hombres no hubiesen cometido
errores, no sabríamos que han existido.”
“Cuídate si quieres que Dios te proteja.”
“Mucha paz tendríamos si en los dichos y
hechos ajenos que no nos pertenecen, no quisiéramos meternos.”
“Un solo ser nos falta y todo está
despoblado.”
“Es el cuidado el que hace prosperar la obra.” .
“El mentiroso tiene dos males: que ni cree ni
es creído.”
“Cuando dos hombres desean la misma cosa que
no pueden gozar juntos se convierten en enemigos.”