Edad
Moderna.
Este sistema de
partidos estuvo vigente hasta la llegada del rey Felipe II, que obtuvo permiso
del Papa Gregorio XIII para desmembrar y vender cualquier villa, lugar y
jurisdicción, lo que le permitió obtener financiación para sus guerras y para
pagar la gran deuda que mantenía. Hubo intentos de compra por particulares (con
la intención de ascender en la escala social) de jurisdicciones, pero lo más
normal fue la compra por el pueblo.
El temor de los
pueblos a pasar a depender de señores particulares, con los atropellos que
estos cometían con los vecinos, hizo que éstos se "comprasen" y se
fuesen incorporando a la Corona. Así, las feligresías de Boal, Serandinas y
Doiras se redimieron en 1580, pasando a tener la condición de realengo. La
carta de redención esta fechada el 24 de abril de 1581 habiendo satisfecho los
vecinos por la redención del Concejo de Boal la cantidad de 2.011.285
maravedíes.
La definitiva
independencia de Boal como concejo tuvo lugar en 1584, cuando representantes de
los vecinos de las feligresías se reunieron, redactando las primeras ordenanzas
municipales, y acordando asimismo la forma de elegir los cargos de concejales,
alcalde, alguaciles, procuradores, etc. Así, las feligresías pasaron a ser
villa con jurisdicción civil y criminal, y los representantes se reunirían una
vez al año para elegir los cargos citados. La capitalidad del concejo pasó en
esta época por diversas localidades del mismo (Prelo, Armal, Castrillón, y la
propia villa de Boal), pero retornaría a Boal definitivamente en 1791.
Durante los
siglos XVII y XVIII, en que la actividad claramente predominante en Boal fue la
agricultura y la ganadería, el concejo se pobló de bonitas casas solariegas y
palacios desaparecidos casi en su totalidad, salvo algunas excepciones como el
Palacio de Miranda, en la localidad de Prelo. Sin duda, el siglo XVIII fue el
más próspero para el concejo ya que, aparte de la fundamental actividad
agrícola y ganadera, cobró notable importancia la industria artesanal,
contándose en el concejo, a mediados de ese siglo, 4 batanes, 8 mazos para
estirar hierro, una ferrería, y 42 molinos de grano.
Siglo
XIX.
Es sabido,
además, que en el curso de la guerra de la Independencia española, las tropas
francesas ocuparon Boal en la creencia de que en la villa existía una fábrica
de armas. Un grupo de vecinos boaleses participó en la "Alarma del
cerezal" (un grupo de gente que se reunía para impedir una invasión o
defenderse del enemigo), pero no pudieron evitar que el 19 de marzo de 1809 los
soldados de Maurice Mathieu invadiesen la villa, estableciendo un campamento en
Llaviada, y provocando numerosas muertes, saqueos y destrozos.
Durante la guerra
carlista el concejo fue invadido nuevamente: en 1836, entró en Boal un grupo
guerrillero mandado por el cabecilla San Breixo, que al año siguiente fue
detenido y fusilado en el cementerio de Piantón por una milicia formada en
Boal. Poco después, en 1837 se inauguraría la iglesia parroquial de Santiago
Apóstol, y en 1842, la casa consistorial y la cárcel.
Dignos de mención
son otros sucesos acaecidos en el concejo en este siglo. Así, en 1854 y 1855,
una epidemia de cólera se dejó sentir en la zona, si bien sin excesiva
virulencia (véase: Pandemias de cólera en España). No sería ese el caso de la
epidemia de viruela de 1870, mucho más grave y mortífera.
También en el
siglo XIX, Boal vio nacer a uno de sus personajes más ilustres, Bernardo
Acevedo y Huelves, cuyo nombre lleva hoy la biblioteca pública municipal, y
entre cuyas obras cabe destacar “Boal y su concejo”, retrato muy clarificador
sobre el modo de vida y las costumbres en el municipio a finales del siglo XIX,
y que muestra la importancia que en esa época tenía en el municipio la
industria de la forja del hierro, hoy desaparecida.
En relación con
ésta, cabe destacar la revuelta de 1895, en la cual los herreros del concejo
destruyeron todas las máquinas para hacer tachuelas que un empresario local,
Víctor Sánchez, estaba instalando en la localidad de Armal, para así iniciar
una industria fuerte de la fabricación de clavos capaz de hacer frente a la
gran competencia externa, básicamente inglesa, que finalmente terminaría por
hacer inviables los modos tradicionales de trabajo del hierro en el concejo.
Citas Célebres:
"Lo que sabemos es una gota de agua; lo que
ignoramos es el océano."
“La vida
es un juego; participa en él. La vida es demasiado preciosa; no la destruyas.”
"El que no se atreve a ser inteligente, se
hace político."
“La vida
se nos da y la merecemos dándola.”
“Una
revolución es el triunfo de los ambiciosos de abajo sobre los medrosos de
arriba.”
"Puede que lo que hacemos no traiga siempre la
felicidad, pero si no hacemos nada, no habrá felicidad."
“Oír con
paciencia es a veces mayor caridad que dar. Muchos infelices se van más
encantados de la atención con que escuchamos el relato de sus penas, que de
nuestro óbolo.”
“Es de
sentido común elegir un método y probarlo. Si falla, admitirlo francamente y
probar con otro. Pero, sobre todo, intentar algo.”
"A buen fin no hay mal principio."
“Yo no
despreciaré a ninguno de mis enemigos si es bueno, ni ensalzaré a ninguno de
mis amigos si es malo.”
“Nada hay
más terrible que una ignorancia activa.”
“Dos
cosas me admiran: la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los
hombres.”
“Sólo hay
un modo seguro de dar una vez en el clavo, y es dar ciento en la herradura.
Algunos tienen la buena estrella de dar en el clavo la primera vez. Hay que
perseverar en el intento.”
“Cambiar
de horizonte es provechoso a la salud y a la inteligencia.”
“Los
poetas son los hombres que han conservado sus ojos de niño.”