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miércoles, 24 de junio de 2015

ARQUITECTURA: Iglesia de Santiago (Gobiendes).

Santiago de Gobiendes (o Goviendes), es una iglesia localizada en la parroquia asturiana de Gobiendes, en el concejo de Colunga, España, declarada Conjunto Histórico-Artístico el 3 de junio de 1931.
De estilo prerrománico, fue erigida a principios del siglo X, aunque fue radicalmente reformada en 1853, cuando se construyó un pórtico y un nuevo ábside más amplio que el existente.
Durante la Guerra Civil (1936-1939), el edificio de la iglesia no sufrió daños¹, aunque sí las imágenes, que fueron quemadas en una hoguera en el exterior del templo. Entre 1984 y 1988, se sometió al templo a una restauración bajo la dirección del arquitecto Magín Berenguer Díez.
El templo actual tiene planta basilical, un pórtico, dos estrechas naves laterales cubiertas con armadura de madera y una central algo más ancha, separada de aquéllas por cuatro arcos de ladrillo semicirculares sobre pilares cuadrados con capiteles-imposta y dos columnas de orden corintio en los dos extremos. Éstas se organizan en cuatro tramos. Tres capillas abovedadas, comunicadas con las naves mediante un arco de medio punto, forman la recta cabecera.
El ábside, que sustituyó al original en la reforma llevada a cabo a mediados del siglo XIX, es rectangular y de grandes proporciones, y se abre a la nave en un amplio arco sobre columnas cuyo capitel forman dos molduras torales con escocia intermedia. De la primitiva capilla central quedan restos de la arquería ciega en los muros.

Citas Célebres:
“Hay velas que lo alumbran todo, menos su propio candelabro.” 
“Los hombres buenos y bellos se conquistan con gentilezas.” 
“Si no puedes avanzar una pulgada, retrocede un pie.” 
“Engarza en oro las alas del pájaro y nunca más volará al cielo.” 
“Manos blancas no ofenden.”
“La cabra siempre tira al monte.”
“Las cosas de palacio van despacio.”
“En casa del herrero, cuchillo de palo.”
“El que roba a un ladrón tiene cien años de perdón.”
“El huésped y el pez, a los tres días hieden.”
“Entre sastres no se pagan hechuras.”
“Dijo la sartén al cazo: quítate allá, que me tiznas.”
“Mezcladas andan las cosas: junto a las ortigas nacen las rosas.”
“A rey muerto, rey puesto.”
“De devociones absurdas y santos amargados, líbranos, Señor.”

sábado, 23 de mayo de 2015

GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Asturias en la Guerra Civil.
Durante la Guerra, Asturias quedo aislada del gobierno central y tuvo que formar su propia Administración. Oviedo estuvo ocupada por el coronel Aranda, de los nacionales, que la mantuvo hasta el final con la ayuda del pasillo del Escamplero y el Naranco por donde llegaba el abastecimiento. En Gijón gobernaban la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y la Federación Anarquista Ibérica (FAI), no existía moneda y había cierta descoordinación de las tropas entre el frente y la retaguardia. En esa ciudad, se proclamó el 25 de agosto de 1937 el Consejo Soberano de Asturias y León. En octubre del mismo año varias columnas procedentes del frente de Villaviciosa entraron en Gijón sin casi resistencia y rompieron el cerco de Oviedo.
El conflicto se prolongará durante quince meses, en los que los principales combates se librarán en tomo a la capital, asediada por los milicianos y en los límites de la región, Eo, Deva y costa del Cantábrico por donde las ofensivas del ejército nacional pretenderán liberar el cerco a la ciudad.
La sublevación.
Tras el alzamiento, las fuerzas gubernamentales no conseguirán imponerse en la totalidad de la provincia, a pesar de que son mayoría, debido al apoyo del jefe del ejército en Oviedo, coronel Aranda a los sublevados.
El coronel Aranda retrasará su decisión de su apoyo al alzamiento hasta el 19 de julio, tomándose el tiempo suficiente para conseguir varios objetivos:
1. Hacer creer a las autoridades republicanas su fidelidad al régimen.
2. Evitar el reparto de armas, ordenado por Madrid, entre los obreros y mineros que las reclamaban.
3. Alejar a los mineros armados que rápidamente salieron en defensa de la capital Madrid.
4. Reunir al grueso de las fuerzas militares y Guardia Civil de la provincia en Oviedo para su defensa, que sumarían unos 3.200 hombres a los que se sumarían después voluntarios falangistas.
Mientras tanto el coronel Pinilla, animado por Aranda, sublevará los cuarteles de Gijón.
De julio a octubre del 36.
Ambos bandos fijaron sus objetivos para el gobierno republicano acabar rápidamente con los focos rebeldes, para los nacionales resistir hasta la llegada de la ayuda de la columna gallega. En el bando gubernamental, al igual que había ocurrido entre los golpistas durante la Revolución de 1934, surgen en los primeros días Comités que a las pocas semanas constituyen el Comité Provincial con sede en Sama de Langreo, cuyas principales tareas serán:
1. Organizar las milicias.2. Mantener los abastecimientos
3. Mantener la disciplina y el orden
4. Incautar las fábricas y tierras, necesarias o abandonadas.
5. Cancelar impuestos.
La unión del Comité Provincial con el cenetista Comité de Guerra creado en Gijón, tras el levantamiento, dará lugar a la formación de un nuevo Comité Provincial, que pronto pasará a llamarse Consejo Interprovincial de Asturias y León con sede en Gijón, dirigido por Belarmino Tomás y en el que participarán miembros del PSOE, PCE, Izquierda Republicana y |CNT.
Los sublevados de los cuarteles de Gijón serán derrotados tras 33 días de asedio a pesar de la ayuda prestada por el crucero Almirante Cervera que desde la costa bombardea la ciudad. El último reducto de Simancas caerá el 21 de agosto.
A partir de entonces Oviedo queda incomunicado, situación que se prolongará hasta el 17 de octubre, fecha en la que las tropas gallegas dirigidas por el coronel Tejeiro, penetran en la ciudad a través del pasillo abierto desde Grado por el Escamplero.
Los milicianos que sitiaban el centro fueron incapaces de asaltar las últimas defensas a pesar de la ofensiva llevada a cabo en los primeros días de este mes.
De octubre del 36 a septiembre del 37.
La llegada de la columna gallega a Oviedo abrirá una crisis entre anarquistas y comunistas dando lugar al cambio de algunos consejeros y a fijar como necesidad fundamental anteponer la victoria militar sobre la revolución social.
Para evitar la actuación incontrolada del "terror rojo" de períodos anteriores se crea el Tribunal Provincial Popular. Mientras tanto Oviedo recibe más ayudas gracias al "pasillo" abierto, mejoran las duras condiciones de vida de los sitiados y aumenta el número de encarcelados y represaliados que en los primeros meses habían sido pocos.
En febrero del 37 se lleva a cabo una nueva ofensiva en la que participan batallones asturianos y vascos con armamento soviético. Se salda con un nuevo fracaso a pesar de que se consigue penetrar en la ciudad. A las autoridades nacionales, en estos momentos, les interesaba más la ocupación de Vizcaya que la liberación de Asturias.
En agosto una nueva ofensiva republicana se dirige ahora hacia el "Pasillo de Grado" pretendiendo con ello estrangular la ayuda material que llegaba a la capital, tampoco tiene éxito.
La caída de Vizcaya y el rápida ofensiva rebelde hacia Santander, afecta a los batallones que asedian Oviedo que son destinados a Ca
ntabria (ver batalla de Santander). Cuando Santander cae, el Consejo se proclama soberano ante la crítica situación, con el voto en contra del PCE y de las Juventudes Socialistas Unificadas y la indignación gubernamental. El Consejo nombra nuevos jefes militares, restringe libertades y amplia la jornada laboral "por necesidades de la guerra".
El avance nacionalista continua rápidamente encontrando una dura oposición en El Mazucu (Posada de Llanes) donde participan anarquistas como Higinio Carrocera. El 1 de octubre se entra en Covadonga.La ayuda republicana es cada vez menor, solo queda resistir las ofensivas que ahora se incrementan con un nuevo frente por el Sur, por donde penetran hombres y pertrechos sin apenas resistencia. El día 18 de octubre cae Villaviciosa y el 21 Gijón, toda Asturias y todo el norte queda en manos nacionalistas.
La desmoralización en los días anteriores en Gijón es total, muchos de los más significativos dirigentes huyen desde el Musel, lo que provoca innumerables deserciones y el "sálvese quien pueda". Barcos de la Armada, mercantes e incluso pesqueros se emplean en la evacuación de soldados y civiles (algunos consiguen salvar el bloqueo nacional, otros son apresados y alguno como el destructor Ciscar es hundido en el propio puerto). Otros republicanos huyen hasta Cataluña y algunos se echan al monte formando grupos de guerrilleros o "maquis" que perduran durante algunos años.
La posguerra.
Consecuencias de la guerra en Asturias:
Innumerables pérdidas materiales, industrias, campos arrasados (la producción descendió en los años sucesivos a niveles por debajo de los alcanzados antes de la República entre un 20 y 29 %).
Hambre y enfermedades (tuberculosis).
Edificios destruidos (en Oviedo las 3/5 partes, entre ellos sufrieron graves deterioros la catedral y numerosas iglesias y conventos.
Se cifran en más de 16.000 los muertos, 11.500 en combate (El número de muertos en Asturias solo es superado por Madrid) y más de 5.000 represaliados.
Más de 2.000 encarcelados durante los primeros años de los 40 en cárceles o campos de trabajo.
Varios miles de exiliados.
En la posguerra mucha de la población obrera permanecía encarcelada o había huido a las montañas lo que obligó al mantenimiento de una fuerza militar en la región. Pero con la declaración de la Segunda Guerra Mundial en 1939 el carbón y la industria metalúrgica tomaron una importancia extraordinaria lo que impulsó el resurgimiento de la región.

viernes, 22 de mayo de 2015

SIGLO XX

El movimiento obrero durante la Restauración.
Los grupos que tradicionalmente habían detentado el control sobre las clases más deprimidas emprenderán también durante esos años algunas medidas.
Así, por ejemplo, por iniciativa de M. Arboleya y el obispo Martínez Vigil, se fomenta el Catolicismo Social que emanaba de la encíclica Rerum Novarum de León XIII. En ciertos sectores de la burguesía se emprenden medidas encaminadas a la fundación de centros de enseñanza destinados tanto a adultos como a jóvenes: Universidad Popular, Ateneos, etc.
Pero la clase obrera asturiana ya desde los primeros años del siglo XX toma conciencia y participará en los conflictos que estallan en 1901, 1903 y 1906 en Gijón, La Felguera o Mieres. Todos ellos terminan en fracaso lo que provocará que la Unión General de Trabajadores (UGT) pierda 5/6 de sus afiliados.
A pesar de ello a los pocos años, en 1910, en Gijón el movimiento anarquista aglutina a 4.500 afiliados y los socialistas a unos 3.200; mientras que en Oviedo los afiliados socialistas suponen un 72% con 1.200 obreros.
En este año es fundado por Manuel Llaneza el Sindicato Minero (SOMA) que alcanza en dos años los 12.000 afiliados. El sindicato, en la misma línea que otros movimientos socialistas combina las negociaciones con las huelgas, lo que le permite alcanzar importantes conquistas sociales.
Además participa en actividades políticas, ocupando ya desde la alianza entre republicanos y socialistas concejalías en muchos municipios entre ellos Oviedo y Gijón en 1909. En el campo surgen también asociaciones, como por ejemplo la Unión de asociaciones agrícolas de Asturias que a partir de 1911 se convertirá en la Federación Agrícola Asturiana.
Con la Primera Guerra Mundial, a pesar del dinamismo que provoca en ciertos sectores, tanto socialistas como anarquistas coinciden en la necesidad de llevar a cabo movilizaciones y protestas a causa de la subida de precios, las malas cosechas o la falta de abastecimiento. Los conflictos de 1917 serán duramente reprimidos, especialmente en las zonas mineras.
Durante los siguientes años el Sindicato Minero consigue algunas mejoras laborales: reducción de la jomada laboral, subidas de salarios (aprovechando la reactivación del sector minero por la huelga de los mineros ingleses).
Resultado de imagen de historia de AsturiasEl final de la huelga inglesa significara la caída de ios salarios y ia reducción de plantillas. El líder Manuel Llaneza transigirá' ante estas medidas solicitando al gobierno medidas proteccionistas para el sector hullero, lo que provoca el descontento entre los afiliados, abriéndose un periodo de conflictos internos en que el propio Manuel Llaneza será apartado de la dirección del Sindicato en 1921.
El triunfo de la revolución rusa agravará aún más la situación al desencadenarse un debate interno entre los socialistas de si incorporarse a la III Internacional (convocada por los comunistas rusos) o seguir fieles a la II Internacional socialista. Un sector, entre ellos el antiguo dirigente de la FSA Isidoro Acevedo, abandonará el partido. Los afiliados del Sindicato Minero que le siguen son expulsados del SOMA y formarán el "Sindicato Único de los Obreros Mineros de Asturias" (SUM).
Con la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera, el Sindicato Minero al igual que el Partido Socialista pactará, ofreciendo su colaboración y apelando a la negociación a cambio de mantener intacta su organización. Los comunista y anarquista, entre tanto, no estarán dispuestos a la colaboración por lo que serán vigilados y su sindicato suspendido en 1924. Al final de la Dictadura, el descontento es general, incluso en el Sindicato Minero que ve como el número de afiliados en 1920 de 20.000 se reduce a 3.000 en 1928.
Los comunistas y cenetistas salen de la clandestinidad y su sindicato llega a 9.000 afiliados. En estos años Manuel Llaneza será sustituido por González Peña en la dirección del sindicato.
La Revolución de octubre.
En 1934 Asturias vivió el ensayo general de lo que después sería la Guerra Civil Española en la llamada Revolución de octubre. Toda Asturias y en particular Oviedo y periferia sufrió una convulsión social generada desde las cuencas mineras del Nalón y el Caudal. El Sindicato Minero Asturiano, y el periódico socialista de Oviedo Avance lograron unir bajo el Frente Único Obrero a distintas fuerzas sociales. Éstas, movilizadas bajo la consigna U.H.P. (Unión, Hermanos Proletarios) iniciaron la sublevación con el apoyo de un barco clandestino cargado de armas que llegó a San Esteban de Pravia.
Los sublevados tomaron los barrios de Oviedo próximos a la carretera de la cuenca y parte del casco antiguo (San Lázaro, Campomanes, el Fontán, la plaza del Ayuntamiento, y la de la Escandalera). La guarnición de la ciudad apoyada por algunos civiles se protegieron en zonas del centro de la ciudad. Tras cinco días de lucha y con la proximidad de refuerzos militares, los sublevados se retiraron después de dinamitar la Cámara Santa de la catedral, situando la dinamita en la cripta de Santa Leocadia, de incendiar el teatro Campoamor, la Universidad y varios edificios civiles.
Tras el triunfo electoral de la izquierda en febrero de 1936 muchos de los presos de la sublevación fueron amnistiados y en julio de 1936 varios mandos del ejército se levantaron contra el gobierno salido de las urnas.










OTRAS POCAS MAS DE ROSAS