sábado, 26 de marzo de 2016

CONCEJOS ASTURIANOS: CONCEJO DE OVIEDO

Historia.
Orígenes.
Los orígenes de la Oviedo se remontan a la época romana, cuando surge sobre una colina un asentamiento llamado Ovetao. Su fundador fue el rey asturiano Fruela I, hijo de Alfonso I de Asturias (éste fue el yerno y sucesor del rey Pelayo). Fruela I reinó desde el año 757 al 768.
En el año 761, a no mucha distancia de la vieja civitas romana de Lucus Asturum, el monje presbítero Máximo y su sobrino Fromestano decidieron fundar un monasterio a orillas de la calzada romana que unía León con Lugo de Llanera pasando por el puerto de Pajares. Posteriormente erigieron una ermita en honor del mártir San Vicente, al que poco tiempo después se unieron dos docenas de monjes, lo que supuso la transformación del lugar en monasterio, tal y como consta en el acta fundacional firmada el 25 de noviembre del año 781, siendo su primer abad Fromestano. Obtuvo seguidamente la protección del rey Fruela I, que eligió el lugar como residencia de Munia, su mujer, y en él nació su hijo Alfonso II, que posteriormente se conocería como «el Casto».
Más tarde, el hijo de Fruela, Alfonso II el Casto trasladó la capital del reino de Asturias desde Pravia a este lugar y convirtió a Oviedo en sede episcopal. Además la fortificó y dotó de palacios, iglesias y otras estructuras. La muralla que protegía la ciudad, de la que hoy apenas quedan partes visibles en varios emplazamientos, delimitaba una figura circular adaptada a la colina, ocupando un área de 11 ha que cobijaba a unas 6.000 personas distribuidas en tres barrios relativamente diferenciados: La Villa, que agrupaba los edificios más antiguos religiosos y civiles; Cimadevilla, mercantil y vinculada a las peregrinaciones; y Socastiello
La ciudad de Oviedo fue fundada en 761, según el relato que se hace de la misma en el Pacto monástico de San Vicente, fechado en 781 y conservado en copia del siglo XII en el Archivo del Monasterio de San Pelayo, sobre una colina situada en el cruce de caminos que unían, de norte a sur, León con Lucus Asturum, la actual Lugo de Llanera, pasando por el puerto de Pajares, y el que se dirigía al oeste en dirección a Galicia. La colina, en ese momento desierta, llamada Ovetao u Oveto, fue ocupada por los monjes Máximo y Fromestano donde construyeron un monasterio que dedicaron a San Vicente. Posteriormente, en fecha imprecisa y probablemente para confirmar la posesión de la colina por los monjes de San Vicente, el rey Fruela I visitó el lugar y decidió erigir una basílica dedicada a San Salvador y otras dependencias, en las que nacería su hijo, el futuro Alfonso II el Casto.

Aunque históricamente se ha considerado que la fundación de la ciudad se remonta al siglo VIII, se ha venido especulando desde mediados del siglo XX con la posibilidad de la existencia de algún poblamiento del lugar durante el periodo romano, deduciéndolo fundamentalmente a partir de una lectura crítica del antedicho Pacto monástico de San Vicente. Esta suposición ha ido cobrando cada vez más fuerza con recientes descubrimientos arqueológicos obtenidos durante las obras de ampliación del Museo de Bellas Artes de Asturias en 2008, cuya datación ha sido fijada en el siglo IV.
Alfonso II el Casto trasladó la capital del reino de Asturias a Oviedo en momento indeterminado, pero antes de 812, fecha del Testamento de Alfonso II, que se guarda en el Archivo de la Catedral de Oviedo, y donde ya cita a la ciudad como lugar donde reside.La convirtió en sede episcopal, la fortificó y dotó de palacios, iglesias y otras estructuras. La muralla que protegía la ciudad, de la que hoy apenas quedan partes visibles en varios emplazamientos, delimitaba una figura circular adaptada a la colina, ocupando un área de 11 ha que cobijaba a unas 6.000 personas distribuidas en tres barrios relativamente diferenciados: La Villa, que agrupaba los edificios más antiguos religiosos y civiles; Cimadevilla, mercantil y vinculada a las peregrinaciones; y Socastiello.
Durante su reinado, en 812, se descubrió en Compostela una tumba que se supuso del apóstol Santiago. Alfonso II partió de Oviedo para visitar la tumba, con lo que se convirtió en el primer monarca peregrino en ir a Santiago de Compostela, inaugurando el primer camino de peregrinos. Esto puede leerse en un documento de Alfonso II fechado el 4 de septiembre del año 829, donde se concede a la iglesia de Santiago de Compostela el espacio comprendido en un radio de tres millas en torno a dicha iglesia —que fue construida para venerar y proteger las sagradas reliquias— y donde asimismo se cuenta como este rey se enteró del hallazgo y como acudió con los maiores de su palacio; aunque hoy en día se sabe que es falso, se supone que debe de basarse en otro verdadero de Alfonso II que ya no se conserva.
De hecho también en época de Alfonso II, se trajeron a la capilla del Salvador varias reliquias, entre ellas un paño que cubrió el rostro de Jesucristo en la tumba antes de la resurrección. Y tanta importancia tuvo en la cristiandad, que había un dicho muy popular aplicado a los peregrinos de Santiago: "Quién va a Santiago y no a San Salvador, honra al siervo y descuida al Señor". Sobre la antigua capilla está erigida la Catedral de Oviedo que recibe el nombre de "San Salvador" y que aún custodia todas aquellas reliquias de la época de Alfonso II además de las que con el tiempo fue adquiriendo.
En el siglo X, el avance de la Reconquista conllevó el traslado de la capital a León, haciendo perder a la ciudad parte de su importancia. Sin embargo, gracias a su contacto con la corte de Carlomagno, comenzó a fluir desde el reino de éste un río de peregrinos que entraban por los Pirineos y por el norte iban hasta Oviedo y desde ahí hacia Santiago, con lo cual el camino norte es la ruta más antigua de los peregrinos a Santiago de Compostela. Si los primeros peregrinos usaban esta vía se debe a que más al sur el camino no era seguro en esa época porque se trataba de un territorio en que eran frecuentes las incursiones musulmanas.
En el año 1075 fue a visitar Oviedo en calidad de peregrino el rey de León y de Castilla, Alfonso VI. Abrió solemnemente el Arca Santa en la iglesia de San Salvador, que contenía muchas y muy buenas reliquias que habían estado escondidas en la Ermita de Santiago (situada a 10 km de distancia), a raíz de la conquista musulmana. A partir de este hecho, Oviedo y sus reliquias fueron internacionalmente famosas, hasta tal punto que un refrán antiguo dice «Quien va a Santiago y no a San Salvador, visita al siervo y olvida al Señor», indicando por tanto que Oviedo era ruta obligada para los peregrinos del camino.
El rey Juan I, en 1388, fundó el Principado de Asturias, título inaugurado por el infante don Enrique, hijo de aquél, y que desde entonces corresponderá a los sucesores a la Corona; Oviedo se convirtió entonces en la capital del Principado. Al tiempo surgía la Junta General del Principado de Asturias, institución de derecho público que como Junta de Concejos funcionó con carácter permanente desde mediados del siglo XV hasta 1834, año en que se dio paso a las Diputaciones Provinciales.

Citas Célebres:
“La política es la conducción de los asuntos públicos para el provecho de los particulares.”
"El arte es la firma de la civilización.” 
“Cada día es un nuevo día. Es mejor tener suerte. Pero yo prefiero ser exacto. Luego, cuando venga la suerte, estaré dispuesto.” 
"No es bastante levantar al débil; es necesario aún sostenerle después.” 
“Las decepciones no matan, y las esperanzas hacen vivir.” 
"Una espina de experiencia vale más que un bosque de advertencia.”
“Nadie puede apartarse de la verdad sin dañarse a sí mismo.” 
“Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya.” 
“El verbo amar es difícil de conjugar: su pasado no es perfecto, su presente es sólo indicativo y su futuro siempre es condicional.”
"Nunca conserva firmes amistades quien sólo atento va a sus pretensiones.”
“La vida no es fácil, para ninguno de nosotros. Pero... ¡qué importa! Hay que perseverar y, sobre todo, tener confianza en uno mismo.” 
“La literatura es siempre una expedición a la verdad.” 
“El rico está siempre vendido a la institución que lo hace rico.” 
"La cultura ayuda a un pueblo a luchar con las palabras antes que con las armas.” 
"Nada dura por siempre, ni siquiera tus problemas.” 

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