miércoles, 20 de mayo de 2015

RENACIMIENTO

Renacimiento.
Durante este periodo se terminan las obras de la Catedral de Oviedo, iniciada por el obispo don Gutierre de Toledo en el siglo XIV y a finales del siglo XVI, el obispo asturiano Fernando Valdés Salas funda la Universidad de Oviedo.
Ilustración.
Hechos
Cuando Napoleón Bonaparte invadió España en 1808 con el apoyo de los afrancesados se inició la Guerra de la Independencia, la Junta General del Principado de Asturias se declaró soberana y reunida en la Sala Capitular de la Catedral tomó la decisión de declarar la guerra a los franceses, formando un ejército para batirse con ellos en el Pajares.
Asturias fue escenario de algunas batallas durante la Primera (1833-1839) y Tercera Guerra Carlista en 1873-1876. En esta última Oviedo fue sitiado por las tropas carlistas aunque resistió, dando este hecho, probablemente, origen a la tradición gastronómica local del Día del Desarme.
En 1852 se abrió oficialmente el primer tramo de una línea de ferrocarril entre Gijón y Langreo (Ferrocarril de Langreo). Este tramo unía Gijón y Carbayín y fue la tercera línea de España y la primera de Asturias. Comenzó en este Siglo XIX la industrialización de las Cuencas Mineras, muy especialmente Mieres y La Felguera (Langreo). Por otra parte el carbón venía explotándose en esta zona desde el Siglo XVIII.
Mentalidad.
La nueva concepción que llega por influjo francés va a intentar modificar los usos y costumbres en España y en Asturias.
Hasta entonces el atraso en la mentalidad y en la enseñanza general, experimental y científica era muy notable. A ello habían contribuido los poderes fácticos (gran parte de la nobleza y el clero no quisieron asumir la dirección de las reformas) y los males endémicos de la población (preocupación por la subsistencia entre el campesinado sumido en la miseria, las supersticiones, la ignorancia, el inmovilismo social, etc.). En Asturias, además, se sumaba a esto el plurisecular aislamiento y la falta de instrucción pública, que soto recaía en las clases privilegiadas. La creación de la Universidad de Oviedo en 1608, no resolverá el problema por estar desvinculada de las transformaciones en los estudios superiores que se habían ido produciendo en otros lugares.
Incluso durante el siglo XVIII, a pesar de que la iglesia cede la tradicional hegemonía en las iniciativas culturales y educativas, los cambios no serán profundos. Por otro lado, la prensa (gacetas, diarios, ensayos, etc.) tan importante en otros lugares en Asturias no será elemento dinamizador por la ausencia de industrias impresoras en la región. Así la cultura ilustrada solo llegará a grupos muy reducidos.
La minoría ilustrada trató de introducir sus ideas a través del poder (despotismo ilustrado), en Asturias formarán parte ella pequeños sectores de la nobleza terrateniente y el clero, es decir, círculos reducidos y elitistas de la sociedad que se reunirán en salones, tertulias y conferencias y mantendrán contacto con la intelectualidad europea.
Asturias aportará importantes nombres a la Ilustración española: El primero, el padre Feijoo, precursor de la generación, el tratadista militar Álvaro Navia Osorio, marqués de Santa Cruz, el médico Gaspar Casal, los economistas y políticos José del Campillo y Cosío y Flórez Estrada, el jurista y escritor Martínez Marina, el académico de la historia Canga Arguelles, los políticos conde de Toreno y conde de Campomanes y cerrando el siglo el político, economista, literato, historiador, filosofo y ensayista Gaspar Melchor de Jovellanos.
Benito Jerónimo Feijoo.
Benito Jerónimo Feijoo, padre benedictino emprenderá en el convento de San Vicente una labor de investigación y estudio en diversos campos (a pesar de las críticas que sobre los religiosos los ilustrados manifiestan). Durante prácticamente toda su vida en Oviedo será catedrático en la universidad (entre 1709 y 1764).
En sus obras el Teatro Universal y Cartas eruditas y curiosas, defenderá la experiencia y la razón como medio para alcanzar el conocimiento. Denuncia la situación de pobreza del campesinado asturiano y realizará una crítica profunda de la sociedad, los males provocados por la ignorancia, la religiosidad popular y la superchería y brujería.
Sus ideas serán seguidas por un grupo de personajes influyentes como Campomanes, ministro de Carlos III, que llevará a cabo un plan renovador de la realidad social: cultura, enseñanza, economía.
Gaspar Melchor de Jovellanos.
Jovellanos pintado por Francisco de Goya y Lucientes, 1798. Museo del Prado. El gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos es, sin duda, una de las más extraordinarias personalidades asturianas de todos los tiempos y la figura más representativa del movimiento ilustrado español. Además de desempeñar cargos políticos como ministro de Gracia y Justicia (aunque su visión reformista de los problemas legislativos le enfrenta con las nuevas orientaciones políticas, por lo cual es destituido al cabo de unos pocos meses) realizó importantes aportaciones teóricas y prácticas en economía, agricultura, enseñanza o en teatro y espectáculos públicos.
En el Informe sobre la ley agraria señala la urgencia de una profunda reforma en el campo que afecte tanto al régimen de la propiedad como a la introducción de cambios en los cultivos y a la necesidad de la formación de los campesinos.
En Memoria para el arreglo de la pálida de los espectáculos y diversiones públicas y sobre su origen en España (1796), critica ciertas fiestas populares.
La preocupación de Jovellanos por su tierra, verdadero asturianista, y el ostracismo al que se vio sometido durante gran parte de su vida le hizo llevar a cabo multitud de empresas en la región como:
En comunicaciones, el proyecto de una carretera a Castilla por Pajares y la carretera carbonera; y la mejora de los puertos, especialmente el de Gijón, donde se volcará en la creación en 1794 del primer centro de España en formación de expertos en navegación y mineralogía el Instituto de Náutica y Mineralogía, todo un triunfo del las ideas ilustradas sobre la educación frente a las nuevas necesidades científicas y sociales.
En industria, impulsa las explotaciones mineras y la industria siderúrgica en Asturias.
Además, critica tos prejuicios hacia ciertos sectores de la población asturiana en Cartas del viaje de Asturias: Sobre el origen y costumbres de los vaqueiros de alzada en Asturias.
Pone en pie la Academia Asturiana, institución que intentará velar por su lengua, e historia.
Desde su cargo de director de la Sociedad Económica de Amigos del País, fundada bajo sus auspicios y los de Campomanes, tendrá como objetivo la difusión de las novedades científicas y técnicas europeas, promoviendo así la instrucción y riqueza cultural y material que permita generar un futuro industrializado en Asturias.

Citas Célebres:
“Hay quien tiene el deseo de amar, pero no la capacidad de amar”. 
“Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho.”
“Si no pasa nada, escríbenos para decirlo.”
“El éxito en el mundo raramente tiene correspondencia con el mérito.”
“Siempre que enseñes, enseña a dudar de lo que enseñes.” 
“Cuando todos los odios han salido a la luz, todas las reconciliaciones son falsas.”
“No todos los hombres pueden ser ilustres, pero pueden ser buenos.”
“La vida ocupada resulta larga.”
“La paz es sólo la guerra sin declarar.”
“Los libros tienen su orgullo: cuando se prestan, no vuelven nunca.”
“El vicio es un error de cálculo en la búsqueda de la felicidad.”
“Venga la alabanza que recibes de otra boca y nunca de la tuya.”
“Los diplomáticos son personas a las que no les gusta decir lo que piensan. A los políticos no les gusta pensar lo que dicen”. 
“La envidia es el adversario de los más afortunados.”
“Busca en el refugio de tu corazón la alegría de tu alma y allí encontrarás la alegría de tu cuerpo.”

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