Frontera oriental: Ducado de Cantabria, Castilla y el alto
valle del Ebro.
Las zonas más orientales de la Submeseta
norte estaban pobladas a finales del siglo VIII por pequeñas comunidades
rurales de muy diversos orígenes étnicos. La población indígena era
descendiente de las diferentes tribus que poblaban el lugar en tiempos
prerromanos, como los várdulos, vacceos, los turmogos y los celtíberos, y se
dedicaba fundamentalmente a labores de pastoreo. Sobre esta población
originaria se fue asentando una oleada migratoria procedente del área
cántabro-pirenaica, que venía integrada fundamentalmente por clanes
pertenecientes a dos pueblos diferentes: Los cántabros y los vascones.
De este modo, de la lectura de la Crónica
del Biclarense (siglo VI), donde se describen las campañas del rey visigodo en
tierras de los cántabros, se deduce que la Cantabria visigoda no coincidía con
la descrita por los geógrafos romanos, sino que se extendía por las tierras de
La Rioja y la Ribera Navarra. Se la describe como una región ubicada junto al
territorio de los vascones, y cuya capital era una urbe que portaba el mismo
nombre, la Ciudad de Cantabria, asentada un kilómetro al norte de la actual
ciudad de Logroño y cuyas ruinas son aún visibles. Dicha ciudad recibió las
admoniciones de San Millán, que exhortó a sus habitantes a la conversión, sino
querían ser aniquilados por las fuerzas del mal. Una advertencia que no fue
escuchada por los lugareños, que al año siguiente verían sus hogares destruidos
por las tropas del rey arriano Leovigildo. Más tarde, este lugar fue sede del
Ducado de Cantabria, creado por Ervigio a finales del siglo VI y que tenía como
objetivo pacificar a los cántabros y contener la expansión vasca. Se conoce el
nombre de uno de sus duques, Pedro, que fue padre del rey asturiano Alfonso I y
también algunas de sus instituciones, como el Senado de Cantabria, que tenía su
sede en la ciudad homónima y que es citado por San Braulio en su obra Vida de
San Millán.
Todavía en el siglo XI el obispo de
Astorga, Sampiro, llama a Sancho III el Mayor de Navarra Rex Cantabriensis, y
ya en el reinado de García IV un noble navarro, Fortún Ochoiz, recibe el título
de señor de Cameros, señor de la Val de Arnero y Señor de Cantabria.
La expansión vasca tuvo lugar a
principios de la Reconquista. La toponimia demuestra que la lengua euskara fue
hablada en buena parte de La Rioja y de Burgos y en las Glosas Emilianenses se
conservan algunas frases en vasco que fueron anotadas probablemente por monjes
hablantes nativos de esta lengua. De hecho, la lengua castellana ha heredado de
la vasca su sistema fonológico y buena parte de su antroponimia (García,
Sancho, Jimeno) e incluso en el poema del Mío Cid y en las obras de Gonzalo de
Berceo algunos de sus personajes emplean expresiones vascuences.
En cualquier caso, la zona comenzó a caer
bajo la órbita de los reyes de Asturias a partir de Ordoño I y Alfonso III, que
con ayuda de sus vasallos Rodrigo y Diego Rodríguez Porcelos repoblaron la Peña
de Amaya y fundaron la ciudad de Burgos.
El rey Ramiro I realizó un intento de
colonización y fortificación de la ciudad de León, aunque este intento fue
desbaratado por una aceifa musulmana. Sin embargo, su sucesor, Ordoño,
aprovechó el creciente poderío militar astur así como los problemas internos
del Emirato para establecer y fortificar plazas estratégicas en la Cuenca del
Duero. Rodrigo, primer conde de Castilla por Ordoño I repobló la Peña de Amaya,
con lo que aseguró la presencia asturiana en la margen derecha del río Ebro.

Citas Célebres:
“Una gota de alegría es un charco de
esperanza.”
“Los
deseos de nuestra vida forman una cadena cuyos eslabones son las esperanzas.”
“La oxidación por falta de uso gasta
mucho más las herramientas que el propio trabajo.”
“Si dais la impresión de necesitar cualquier cosa,
no os darán nada; para hacer fortuna es preciso aparentar ser rico.”
“Corazón
mío, no hables Puedes jugar con fuego, pero te quemarás.”
“La huella de un sueño no es menos real que la de
una pisada.”
"La historia de los hombres es un instante
entre dos pasos de un caminante."
“A la cima no se llega superando a los
demás, sino superándose a sí mismo.”
“La felicidad de cada uno no consiste en
esto ni en aquello sino en conseguir y gozar cada uno de lo que le gusta.”
“La
alegría es como un movimiento el cual nosotros mismos tenemos el deber de
seguir moviéndolo.”
“La
felicidad de cada uno no consiste en esto ni en aquello sino en conseguir y
gozar cada uno de lo que le gusta.”
“Olvidamos las pequeñas alegrías por
lograr la gran felicidad. Son detalles de la vida que dan otro punto de vista
que, quizá, sea demasiado tarde cuando las quieras valorar.”
“No
siempre ganamos, ni siempre perdemos, solo aprendemos a jugar.”
“A la cima no se llega superando a los
demás, sino superándose a sí mismo.”
“Fíjate cuantas veces te has caído y te
has levantado... NO tomes en cuenta TODAS las veces en las que has caído...
Sino las veces que te has levantado.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario