miércoles, 11 de noviembre de 2015

CONCEJOS ASTURIANOS: CONCEJO DE CASTROPOL

Villa de Castropol.
La capital del concejo se asienta sobre un promontorio en la orilla oriental de la Ría de Ribadeo. Fue fundada como puebla (Pola de Castropol) a comienzos del siglo XIV por el obispo de Oviedo, en un lugar estratégico que sin duda había sido ya asentamiento humano desde tiempos prerromanos.
En el año 1587 quemó la villa de Castropol y sus casas, razón por la cual son muy escasos en el pueblo los restos anteriores a dicha época. Hay que añadir a ello que diversos derrumbamientos, causados por la erosión marina y la acción atmosférica, ocurridos a lo largo de los siglos (el último en el año 2003) en la abrupta ladera nororiental del peñón en que se asienta la villa han producido un desplazamiento de la misma en dirección meridional, habiéndose abierto varias calles en diversas épocas para compensar la pérdida de espacio edificable.
Vivió Castropol su época más brillante en los siglos XVIII y XIX, alcanzando una cierta importancia comercial, administrativa e incluso marítima, patente esta última en los astilleros de la ensenada de la Lieira, activos durante más de tres siglos. Ya entrado el XX sin embargo, absorbida la capitalidad comarcal de facto por sus vecinas Vegadeo y Ribadeo, se sumió Castropol en una creciente crisis económica y demográfica; crisis de la que sólo ha empezado a salir en los últimos lustros, gracias principalmente al auge del turismo y las estancias vacacionales, y más recientemente al polígono industrial abierto en Barres.
Fue en la primera mitad del siglo XX cuando una serie de literatos -entre ellos Luis Cernuda en su relato En la costa de Santiniebla (1937)- dieron en inspirarse en Castropol, con su nombre real o bajo el disfraz de uno ficticio, para reflejar un pueblo tétrico y solitario, azotado por gélidos temporales y vientos que enloquecen a sus escasos y fantasmales habitantes. Entre realidad y ficción, ese tópico de un Castropol triste, misterioso y casi deshabitado perduró durante varias décadas; y el programa de los "Festejos en honor de Nuestro Excelso Patrón Santiago Apóstol" de 1964 lo asumía desafiantemente: "Al turista superficial que pasa por los lugares sin enterarse de nada, que necesita ruido de altavoces, bullicio de gente y luces de Neón para llenar un vacío interior, poco será lo que le diga Castropol. [...] Los turistas de este tipo es preferible que sigan de largo."
Monumento de 1911 al marino Fernando Villaamil en el parque de Castropol.Arquitectónicamente, lo más notable de la población es la capilla del Campo (siglo XV), los Palacios de Valledor y de los Marqueses de Santa Cruz de Marcenado (siglos XVI-XVIII), la Casa de las Cuatro Torres (siglo XVIII), y el conjunto modernista, de principios del XX, formado por el Parque de Vicente Loriente, el Casino/Casa de Cultura (sede actual de la afamada Biblioteca Popular, fundada en 1921 y considerada de las mejores, si no la mejor, de su clase en España) y el monumento a Fernando Villaamil; no quedando prácticamente ningún rastro del Castillo del Fiel que desde la Edad Media había materializado el poder de los obispos de Oviedo sobre la villa y su concejo. Pero es quizá el conjunto del pueblo y su característica silueta, visible tanto desde Figueras como desde Ribadeo, lo que produce una impresión más imborrable.
El militar Pedro Bermúdez de Santirso (siglo XVI), el químico, polígrafo y Rector de la Universidad de Barcelona, José Ramón Fernández de Luanco (1825-1905), el marino Fernando Villaamil (1845-1898), el ya citado político e indiano Vicente Loriente (1859-1939), el profesor y ensayista Pedro Penzol (1880-1965) y el poeta Pedro G. Arias (1892-1980) figuran entre los castropolenses más preclaros; mientras que ha sido el deporte del remo, con los repetidos éxitos nacionales e incluso internacionales del Club de Mar de Castropol, fundado en 1949, lo que ha hecho que el nombre de Castropol haya aparecido numerosas veces en los medios de comunicación, y que la villa haya sido sede en varias ocasiones de Campeonatos de España de Remo y todos los años de una regata de traineras ya clásica: la Bandera Príncipe de Asturias.
En el año 1997 la villa de Castropol recibió el Premio "Pueblo Ejemplar de Asturias", otorgado por la Fundación Príncipe de Asturias, en atención a que "Castropol, villa y capital del concejo de su nombre, ha sido desde siempre un ejemplo de respeto a las mejores tradiciones ilustradas de Asturias, pero también referencia a unas formas de vida colectiva cuyas características se han proyectado sobre un grupo humano vital y despierto. Esta comunidad ha mantenido vivo el respeto hacia el patrimonio cultural que le fue legado históricamente, a la vez que ha puesto en marcha iniciativas de la más alta significación". El Premio fue entregado por S.A.R. el Príncipe Don Felipe en el curso de su visita a Castropol en octubre de dicho año.

En el año 2004 el Conjunto Histórico de la Villa de Castropol fue declarado oficialmente Bien de Interés Cultural del Patrimonio Histórico Español.

Citas Célebres:
“Es más fácil hacer leyes que gobernar.” 
"Todo hombre sabio ama a la esposa que ha elegido."
“A veces, cuesta mucho más eliminar un solo defecto que adquirir cien virtudes.” 
“La tristeza, aunque esté siempre justificada, muchas veces sólo es pereza. Nada necesita menos esfuerzo que estar triste.” 
"Así es el exilio, lanza a la gente a los cuatro vientos y después resulta muy difícil reunir a los dispersos."
“En este triste país, si a un zapatero se le antoja hacer una botella y le sale mal, después ya no le dejan hacer zapatos.”
“Sólo el que sabe es libre y más libre el que más sabe. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas.” 
"Los hombres honrados no temen ni a la luz ni a la oscuridad."
“Donde todos sirven para todo, nadie sirve para nada.”
“Las fatigas de la vida nos enseñan únicamente a apreciar los bienes de la vida.”
“Estamos obligados a luchar enérgicamente contra todos los eventuales gérmenes de odio colectivo.” 
“Comúnmente sólo apreciamos el valor de una cosa después de haberla perdido.” 
“No hay un solo error que no haya tenido sus seguidores.” 
“No cedas frente a los malvados, sino opónte a ellos ardientemente.” 

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