sábado, 25 de julio de 2015

MITOLOGIA ASTURIANAS: EL CUELEBRE

El cuélebre, culebre o serpe son los nombres dados a una criatura legendaria, perteneciente a las mitologías asturiana, cántabra y gallega, la cual es descrita como un ser con forma de dragón, similar a una serpiente alada.
Descripción.
La tradición lo describe de la siguiente forma: Sus ojos son ascuas incandescentes, todo su cuerpo está recubierto de escamas y de su espalda crecen unas alas de murciélago.
Vive en cuevas donde guarda tesoros, siendo muy conocido el que vive en los acantilados de San Vicente de la Barquera.
Se cuenta que una de sus principales funciones es la de vigilar tesoros. En la mitología astur son frecuentes las referencias a estos tesoros ocultos (ayalgues en asturiano), que por lo común consisten en piezas de oro de gran valor. Para su búsqueda (la guetal'ayalga) hay unas guías llamadas lliendas (lendas en gallego) que describen los lugares en los que se cree que se encuentran.
Se dice que el cuélebre suele ser molesto para los hombres que viven cerca de su escondite, que puede ser un bosque, una cueva o una fuente, ya que emite silbidos terribles y tiene por costumbre alimentarse de seres humanos, tanto vivos como muertos. Para evitar que esto suceda se le suele entregar alimentos como boroña.

El punto débil del Cuélebre sería la garganta, ya que el resto del cuerpo estaría cubierto por unas duras escamas que lo volverían prácticamente invulnerable. Al hacerse viejos, se cree que se irían al fondo del mar a cuidar sus tesoros y descansar.
Leyendas.
Hay muchas historias en las que se narra como los campesinos logran vencerlo mediante engaños y así se ven libres de tener que alimentarlo, como por ejemplo la que cuenta que unos monjes, cansados de tener que darle de comer para evitar que se llevara los cadáveres del convento decidieron darle un pan con alfileres que le causó la muerte.
En el pasado el culebre exigía cada cierto tiempo una doncella virgen para devorarla a cambio de no desatar su furia sobre las gentes. Así era hasta que una de las doncellas que iba a ser sacrificada invocó al apóstol Santiago. Este se enfrentó a la bestia y el Culebre herido en el pecho, se comenzó a retorcer, soltó una nube de azufre por la boca y herido y humillado, regresó a su cueva no volviendo nunca a pedir tributo a la gente.
Cuentan la leyendas que el culebre tras tantos siglos de longevidad ya ha perdido gran parte de sus poderes, especialmente en la mágica noche de San Juan cuando no son efectivos sus encantamientos. Por el contrario, la noche de San Bartolomé sale de su cueva con sus poderes acrecentados, provocando tempestades y desatando el terror.
Ramón Sordo Sotres recoge una leyenda de Valle Baju donde los nuberos entran en las torcas para extraerles sangre a los cuélebres. Otra historia similar de Cabrales habla de unos misteriosos personajes llamados gurmantes que entraron en una torca a capturar un cuélebre, avisando a la gente que recogiera el ganado, pues iban a provocar una tormenta de granizo. Finalmente consiguen atrapar al cuélebre atándolo con los cordones de los zapatos. Estos mismos personajes, llamados también grumantes, aparecen en un relato recogido por Álvarez Peña en Piloña. Se los describe como unos paisanos vestidos de negro que llevaban unos libros de conjuros con los que podían conjurar tormentas. La semejanza entre los relatos, y las carácterísticas que se le dan a estos personajes, los relacionan con los nuberus de la versión de Valle Baju.El cuélebre; la serpiente con alas de murciélago, escama impenetrable y cola enorme, que se agazapa en el bosque, en la fuente, en la espelunca, y llena los espacios de su silbo y devora ganados y personas... La que custodia las xanas y protege los tesoros; la que sólo se rinde a la fatiga en la noche de San Juan, cuando los paladines de ventura quiebran los encantamientos y encuentran de una vez, y en grado sumo, la fortuna, el amor, y la belleza.El cuélebre envejece con los siglos, y entonces las escamas se le crecen, y los ríos le rechazan, y se niega la tierra a soportarlo. No le queda otro remedio que sepultarse en su mar, que se nombra 'mar tapada' porque se desparrama bajo el suelo. En el fondo de este mar hay un vivero inmenso de diamantes.... Y los hombres, se cogen los diamantes con un trozo de carne y una cuerda; los diamantes se pegan a la carne cuando toca en el abismo y suben cuando ella sube, si consigue salvarse de los cuélebres.

Citas célebres.
“No anticipéis las tribulaciones ni temáis lo que seguramente no os puede suceder. Vivid siempre en un ambiente de optimismo.” 
“La disciplina es la parte más importante del éxito.” 
“En este mundo, hace falta sólo ser un poco bueno para serlo bastante.” 
“Los resultados de los cambios políticos rara vez son aquellos que sus amigos esperan o que sus enemigos temen.” 
“Jamás en la vida encontraréis ternura mejor, más profunda, más desinteresada ni verdadera que la de vuestra madre.” 
“El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros.” 
“Las personas felices no tienen historia.”  
“No está la felicidad en vivir, sino en saber vivir.” 
"Quien habla mucho poco piensa." 
“Nunca resisto la tentación, porque he descubierto que lo que es malo para mí no me tienta.” 
“El arte de agradar es el arte de engañar.” 
"La verdad jamás daña a una causa que es justa." 
“Señal es de hombre superior el no aceptar una ociosidad perniciosa.” 
“Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro.” 
"Es un gran error creerse más de lo que uno es, o menos de lo que uno vale." 
"El mundo es de quien nace para conquistarlo y no de quien sueña que puede conquistarlo."

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